Mexicrónicas, de Finde por México


Un Palacio en la ciudad



Respiro, inhalo hasta colmar mis pulmones para después exhalar, repito el ejercicio mientras observo el pavimento mojado, llovió durante la noche y ello hace que esta mañana sea fresca; inhalo y vuelvo a exhalar. 

Siento el viento ligero tocando mis brazos, disfruto esa rica sensación, nunca me había tomado la molestia de visitar este lugar a estas horas de la mañana y para registrar tal momento, volteo sólo para mirar que la torre latino marca las 7:43 de la mañana.

Camino, lentamente apreciando su majestuosidad, esa que cada vez que paseo por aquí no me había detenido a admirar. Tan grande, tan bello, tan blanco, no por algo es un palacio, pero lo que hace honor a su nombre es además de su arquitectura, las bellezas que resguarda, el Palacio de Bellas Artes. 

Observo a mi alrededor, apenas vislumbro almas transitando por la zona, en su mayoría ocupados por llegar a sus destinos, será que después de décadas de erguido los citadinos hemos olvidado lo importante que es este edificio para nuestra cultura.Su creación data desde 1934, inaugurado como el Teatro Nacional para exhibir obras y piezas artísticas.


Admirar es un deleite, apreciar el ecléctico diseño inspirado en los mejores teatros italianos sólo fue posible gracias al arquitecto Adamo Boari quien de manera intencional colocó la inmensa cúpula amarilla, visible desde lejos, en la que yacen la esculturas de 4 mujeres que representan al drama, al drama Lírico, la comedia y la tragedia. 

Imponentes sus 53 metros de altura, lo recorro con la mirada de abajo hacia arriba y de un lado al otro encontrando en su arquitectura piezas características de los estilos Art nouveau y Art Decó tallados en las paredes y pilares que lo sostienen. Enfoco con detenimiento mi mirada y logro detectar que gran parte de nuestra cultura se encuentra representada en la ornamenta de las puestas de este palacio con serpientes y flora y fauna emblemáticas de nuestro país.


Camino a su alrededor para descubrir que el recinto se encuentra rodeado por 4 pegasos de bronce postrados en una base de mármol, resguardan y decoran al Palacio de Bellas. Las piezas son creación del escultor Agustín Querol y Subirat a petición de Boari con lo que le dotó de mitología. Sin duda alguna una experiencia rica en arte y cultura. 

No puedo esperar para entrar y recorrer sus pasillos, apreciar sus murales y admirar el tesoro que resguarda, pues no sólo arte y cultura encierra en sus escenarios, también piezas exquisitas de arte como el telón de su salón principal. Continuará...

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